miércoles, 30 de diciembre de 2015

Rammar III.



La boca dichosa ese día
fue un privilegio de un solo sonido
lenta como el agua cumpliendo la orden de las rodillas
la mano de Ofelia detuvo el camino de los mirlos
el más inalcanzable canto
            por los pedregales
fue una resurrección a las órdenes del viento
el suelo acompañado de la hierba
como tetas entregadas a la pureza del siglo en el morro bendito.