El fuego ha chupado aquí
todas las charcas del hondo verde
ya no hay tierra para sembrar patatas
ni tiempo para suaves caricias
bajo otra cosa que no los palmerales
para las suaves caricias repito
de calderos destrozados
los barcos mojados
pero el agua talla la piedra en triángulos
geometría perfecta
y recorridos de sal se dibujan en los tobillos
dejando un sabor muy fuerte escondido en los zapatos
yo vine aquí a guardar pálida la piel en una caja
con sus uvas verdes escondidas como hijos ya crecidos en el buche
y el molino juega cada vez más al espeso viento
a otros tiempos a la ambición del parterre de helechos
y geranios artificiales
veo cómo sabemos extender la humedad sin prisa
y miro en ti
mis nuevas costumbres de moradora de horizontes
dentro de los cuellos arados de las tórtolas
cada vez más puñado de gaviotas salvajes
cada vez más niña con las piernas al aire.
Lanzarote, Julio 2016.