Se mece la rama en sentido contrario al viento como perdidos flecos inmóviles en un lugar común
la levedad
nadie te percibe
nadie
te percibe
dos chorros de fuente
estos pezones que me servían de semejanza
también dos chorros de ternura
eran estos dos ojos con sus crepúsculos ardiendo
sus torrentes a coro vuestras voces
repitiendo lo mismo muy alto
se parece a andar descalza
condiciona para gritar
he de mojarme los dedos
he de comprarme unos zapatos nuevos
un candado de plata para tu mano
y mi mano escurriendo el agua
a chorros solté las piernas
un número par las colgué en la ventana
para balancear los astros
otras también mías como colas rojas de faisán
irrumpieron en una casa y se te escaparon todas las pelusas
tragaste luz urgentemente
como dios reventado
los incisivos más blancos
cayeron por no saber masticar la comida
por eso se me acumuló y no supe decir
eres bella
como mis muslos
el azul era mujer
deslizo con un dedo un chorro de agua que cede un grifo
¿lo escuchas?
estoy viviendo de estremecimientos.