jueves, 19 de enero de 2017

hring.


Has dicho 
palabras, aquí. Aquí
no voy a volver a entrar
en este lugar la respiración no nos enternece
porque no existe
y el tiempo se estira y se confunde
como la vena violácea en un párpado, hoy, que hace un frío
insalvable 
un frío profundo
o los días tuertos
en los que me protejo los ojos con las manos 
con un simbolismo de inexistencia de gestos

dormí con el peso de un hueso
atascado en la garganta
el mismo peso que un hueso redondo
y de memoria 
hice el esfuerzo de imaginarme
dando a luz con el pelo sucio y mal cortado 
por la luz
haciendo de la luz un periodo mucho más largo 
donde los labios se mueven mucho más despacio
para pedir las cosas

hace días que hago lo que me digo:
"las puertas se abren con las rodillas,
las rodillas son ganzúas".

Mientras me pongo en la postura del perrito dando la espalda
porque este mundo está conmocionado por relatos que me impiden
y honesta soy capaz de hacerme la mustia.

Está bien, solo hice lo justo a mi parecer
no tuve dudas
porque no comí de una belleza azul para después 
desdecirme
sostenida de nombre juntando las manos  
me vine al mundo 
a pedir perdón.